La intervención plantea un sistema integrado de espacios naturales y
artificiales, arquitectónicos y paisajísticos, que, a través de un
conjunto de relaciones “figura-fondo”, convocan la arqueología y la
historia, la memoria de la ciudad y una formulación actual del espacio y
la cultura contemporáneas. El proyecto puede leerse como una serie de
huellas – construidas y vacías – virtualmente presentes en el lugar y
que reinterpretan sus propias condiciones amplificando y valorizando los
elementos ya existentes: los grandes muros de la cantera, el singular
perfil de la ciudad y de sus tonos dorados, la topografía excavada de la
antigua cantera, el valor histórico del Ninfeo, etc.
Los dos parques laterales, se plantean como grandes contrafiguras
entrelazadas, antinomios de los grandes perfiles pétreos – en forma de
huso – característicos de las nuevas construcciones, en un engranaje
global que abre atrios y visiones y al mism.