La idea de crear la tienda “La Mancha” comienza con un reto personal propuesto por el cliente, el cual fue, “quitar la corbata al vino”. Esta idea se resume en quitarle al vino el carácter de formalidad y exclusividad para transformarlo en algo más casual y del día a día haciendo que los potenciales clientes no se sientan cohibidos al comprar o al degustar de este.
El reto fue super interesante, como mediante el espacio y su configuración podíamos cambiar la percepción de un producto. Para esto se tomó el concepto general de los almacenes y depósitos de vinos, en los cuales se amontonan productos en cajas generando una mezcla casual de desorden ordenado, donde todo se encuentra a la mano y se genera una sensación de confort y calidez brindada por la accesibilidad de los productos y los materiales de estos.
Lograr este efecto demando materiales que transmitieran calidez, sobriedad y también cercanía. Algo que no genere rechazo por lo sofisticado que podría verse, es así que como base del proyecto se usó la madera, en específico el Pino Americano. Este material noble ayudo a crear la atmosfera cálida y sencilla que requería el espacio, además su uso común para el embalaje de vino ayudo mucho a terminar de cerrar el círculo del concepto.
Es así como se distribuyó el espacio de cata en el mismo donde se exponen los vinos, dándoles un orden, pero al mismo tiempo creando una sensación casual de caos simulando un almacén.