Casa Tortein es el reflejo de la identidad y estilo propio de quienes la habitan, desde la etapa de diseño fue escogida una línea fría y monocromática donde la volumetría destaca entre luces, sombras y su abundante transparencia, en síntesis una residencia un tanto atípica pero con mucho carácter y funcionalidad. Los principales elementos formales externos a manera de pronunciadas terrazas, balcones y aleros aledaños en cada uno de los espacios de la zona de descanso enriquecen su composición arquitectónica y a la vez contribuyen a un fin ambiental y de confort dado que evitan la directa acción inclemente del sol y la lluvia en la temporada invernal típica de esta latitud.
La composición formal y plástica es el emblema de esta casa, donde los planos en un afán de continuidad crean portales que acogen a cada uno de los espacios en las fachadas en contraste con las tramas de revestimiento tipo hormigón visto y el metal de los marcos en vanos.
Sus espacios sociales interiores manejan mucha transparencia e integración desde el interior hacia el entorno exterior, incluso desde la sala se logra incorporar el elemento de agua y jardinería gracias a sus espejos de agua y cascadas.
La tendencia cromática marcada es la monocroma, incluyendo casi toda la gama de grises y tonos metálicos fríos de estilo atemporal y a la vez muy de vanguardia.