Casa Aspil proyecta una volumetria muy acorde y a la vez consciente de las condicionantes de nuestra latitud de Litoral, con sus prominentes volados en sus cubiertas acoge y protege de los elementos pero a la vez se muestra desafiante e imponente respecto a su entorno marcando un casi estridente contraste que la hace destacar no solo por sus formas sino por su estilo y cromática.
Muy fiel a su estilo industrial y suburbano con su prominencia de tonos obscuros y transparencias evoca un ideal de continuidad desde cada elemento que la compone y que formalmente se conectan con un inicio terrenal hasta un fin que dependiendo de la dimensión, su integración puede definirse desde lo horizontal en relación a su exterior inmediato más natural y desde lo vertical respecto a su infinito celeste.
La composición lumínica se muestra equilibrada creando un interesante juego de luces y sombras que según la hora que se la contemple puede ser versátil con la experiencia brindada al observador, siendo la más dramática la “magic hour” en el atardecer ya que con la temperatura de la luz en tono cálido crea un efecto muy secular respecto al firmamento en tonos desde lo grisáceo, azules y los rosas.