Se planteó la creación de un prototipo de vivienda,
que cumpliera múltiples funciones de adaptabilidad de conjunto, tanto para actuar
de forma independiente, aislado o agrupado de manera continua. En el modelo se
utilizó la pendiente promedio del borde litoral costero de la zona, que oscila
entre un 15 y 25%. La propuesta permite actuar bajo esta condicionante, como
también en la proximidad a la cota ±0.00 S.N.M.
El prototipo PRBC 18, de 50,3 mt2 útiles, se
organiza en medios pisos, en torno a un módulo de servicios, almacenaje y
sostenibilidad que articula el desarrollo de la vivienda. Este enclave, pieza
fundamental del sistema, contiene las unidades sanitarias (cocina y baño), como
también los procedimientos de sustento bioclimático y múltiples zonas de
almacenaje para los diferentes espacios. Alrededor de este núcleo se
distribuyen los recintos anexos al programa arquitectónico, estar-comedor y
cocina en el nivel ± 0.00, dormitorio 1 y 2 en el nivel + 1.20, baño en el
nivel + 2.55 y por último dormitorio 3 en el nivel + 3.75.
La vivienda cuenta con 4 sistemas de progresión,
interiores y exteriores los que suman un total de 40 mt2 útiles. Mediante la
extensión de la cubierta se logró albergar las zonas de crecimiento 1 y 3 al
exterior del prototipo, mientras la zona 2 se propicia al interior de la
vivienda en la media altura que se forma sobre el espacio de estar-comedor. A
la vez, bajo la estructura de nivel ± 0.00 y el núcleo principal, se ubica una
pequeña zona de almacén-reciclaje, la que podría ser considerada en una primera
etapa de acuerdo a las condiciones de sustentabilidad que adopte el PRBC 18.
A nivel formal y técnico de paramentos verticales se
plantean dos estrategias. En primer lugar, un
sistema de fachada ventilada modular, mediante paneles de madera, que
envuelve los recintos delimitados en crecimiento. En segundo lugar, la
incorporación de paneles verticales móviles, que permitan ser trasladados y
reutilizados. El uso de estos dos sistemas, además de aportar a la adaptabilidad
de la vivienda y a su confort térmico, enriquecen la expresión formal de las
fachadas.
Con el fin de proporcionar aspectos bioclimáticos
que reduzcan el consumo energético y actúen eficientemente con los recursos
naturales, se incorporaron al núcleo central diversas tecnologías. En primer
lugar se consideró un sistema de calefacción pasivo, mediante leña o biomasa
que conecte térmicamente a la vivienda. A la vez, se plantea el uso de la
energía solar, mediante placas ubicadas en la cubierta, utilizando el espacio
sobre el baño para instalar los receptáculos de agua. El sistema sanitario se
dividió en aguas grises y negras, con el fin de reutilizar las primeras en
funciones secundarias como riego o relavado. Por último se incorporó en la
cocina un sistema de división de reciclaje el cual se encuentra interconectado
al recinto inferior de la vivienda.