Los fraccionamientos confinados se han convertido en una necesidad en muchos países latinoamericanos, la búsqueda de seguridad dentro de la ciudad ha orillado a los desarrolladores y clientes a buscar una vivienda dentro de comunidades protegidas.
En uno de estos sitios es en donde se presenta la oportunidad del proyecto de una casa residencial para una familia de tres personas.
Aprovechamos la oportunidad que nos ofrece el fraccionamiento controlado, de una manera en la que la casa es capaz de abrirse sin perder condiciones de privacidad acostumbradas por la cultura local.
El proyecto crea un volumen permeable que se conecta con la colindancia donde se encuentra un área verde arbolada, así el jardín se convierte en una extensión de la casa, dando la ilusión de conexión al enlazarse a un jardín interior dentro de nuestro predio. Respetando las reglamentaciones del fraccionamiento, el volumen se integra una serie de viviendas pero desafía el estilo tradicional de la casa como producto comercial; en cambio convertimos el proyecto en único y dirigido a un cliente en particular.
El proyecto cuenta en planta baja con áreas públicas, que se adaptan a estilos de vida contemporáneos. En el centro de la vivienda, la comunicación vertical conectada a un área verde, modifica la atmósfera para dejarnos entrar a la planta alta en donde se convierte en área privada en su totalidad. Habitaciones con vestidor y baño privado hacen competitivo el mercado económico con las viviendas vecinas.
Hoy la práctica arquitectónica en vivienda residencial ha perdido exploración y ha caído en un vicio comercial en donde lo más reproducido en redes sociales es lo más aceptado y hoy se ha convertido neutral.
Proyectos como twins buscan promover la exploración de formas clásicas, materiales locales, tecnologías sustentables y diseño a las necesidades del usuario/sitio/tiempo.