Como una evolución del legendario shuco (hot dog) chapín, esta franquicia demuestra que hasta el más común de los guatemaltecos posee un buen comer.
Utilizando materiales frescos como la madera, pizarra de yeso, y tops de acero inoxidable, Shuco Norris posee una semiótica de compañerismo, de ambiente casual y por supuesto buena comida.