El muro pivote surge como una respuesta a lo cíclico de los hábitos domésticos y la poca flexibilidad del espacio construido. Siendo la vista el sentido predominante, un solo muro giratorio articula de manera óptima los espacios públicos de los privados, permitiendo que los usuarios puedan adaptar los espacios según sus propios intereses y costumbres. Al liberar la vivienda de la atadura de muros fijos y espacios fragmentados, ésta se abre a la pluralidad que el usuario necesita.
Los servicios quedan ubicados lateralmente liberando la parte central de tal manera que todas las circulaciones son perimetrales a las estancias definidas únicamente por el muro giratorio y los muebles. El muro pivote no sólo abre una amplia variedad de configuraciones en una sola planta o dos, también funciona como un regulador de la luz que los usuarios desean en cada estación del año, así como un elemento arquitectónico de fácil mantenimiento y apropiación definiendo una atmosfera única en cada vivienda.