RESEÑA HISTÓRICA
La Iglesia Colegial de San Miguel Arcángel de Alfaro es el templo de mayor tamaño de La Rioja, con unas dimensiones de planta de 70 metros de largo por 45 de ancho y una superficie de aproximadamente 2.800 metros cuadrados, siendo mayor incluso que catedrales como la de Logroño o la de Santo Domingo de la Calzada.
La altura de sus bóvedas es de 18,5 metros mientras que la cúpula central del crucero llega a los 31,5 metros. Cuenta con dos torres cada una de ellas de una altura total aproximada desde la base hasta el remate de la veleta de 50 metros. Desde 1976 está considerada Monumento Artistico Nacional, lo cual fue declarado por Decreto el 23 de abril de ese año.
El 26 de noviembre de 1556 se recibe la “bendición de la Iglesia nueva”, siendo colocada una primera piedra. Pero no fue hasta el período 1619 a 1671 que se ejecutó la primera fase de construcción de los muros de fábrica de ladrillo, hasta el cuarto tramo de las naves, bóveda del transepto y primera fachada provisional, cuyos restos son hoy visibles desde el bajocubierta.
Posteriormente, entre los años 1682 y 1693 se adicionan dos tramos a los pies de la iglesia y se levantó lo que hoy es la fachada principal y las dos torres laterales de cuatro cuerpos.
En conclusión, tras muchos avatares, sucesión de maestros de obras y modificaciones de las trazas del tempo, fue inicialmente tras 74 años, en un momento en que Alfaro contaba con unos 5.500 habitantes.
El estilo artístico de la Iglesia Colegial de San Miguel Arcángel pertenece a una etapa de transición, de principios del período barroco, con influencia postmudéjar, característica de la comarca donde se construye.
Presenta una planta tradicional de templo cristiano en cruz latina con sección del tipo “iglesia salón”, con las tres naves de altura similar y crucero de igual ancho, con cúpula de mayor altura en el transepto. Cada una de las naves laterales da paso a seis capillas de inferior altura, encajadas entre los contrafuertes, y a la cabecera se le aneja una sacristía entendida como un espacio arquitectónico diferenciado. A los pies el templo se remata con dos torres de cuatro cuerpos y chapitel con cubierta de pizarra, conectadas entre sí por una característica logia continua, a los pies del frontón del templo.
El material fundamental de su construcción es la fábrica de ladrillo artesano de las canteras de arcilla de la zona, aparejado con mortero de yeso, cal y arena, mientras que la estructura de la cubierta y de los forjados se realizó con vigas y cerchas de madera de álamo negro de gran tamaño: en algunos casos encontramos troncos completos haciendo funciones de viga, de pendolón o de tirante.
Además de su evidente valor artístico en la historia de la arquitectura riojana, es considerable su gran valor medioambiental como receptor de la mayor colonia urbana de cigüeñas de España. En las obras de restauración de las cubiertas se llegaron a contar del orden de 120 nidos de cigüeñas, con unos pesos por nido de hasta 500 kilos.
MEMORIA DE ACTUACIÓN
Los trabajos de restauración dieron comienzo con la necesaria calma para madurar las estrategias de actuación: algunas de las afecciones tienen su origen en un pasado remoto, incluso en la propia situación topográfica del templo; es decir, son producto de muchos siglos cuya resolución no puede, por naturaleza, ser inmediata.
Los temas principales han sido:
1. Gran afluencia de aguas subterráneas procedentes de la parte alta de la población: al estar la Colegiata situada a los pies de una colina, el edificio ha venido recibiendo durante toda su historia un constante flujo de agua superficial y subterránea. Además, y por ello, todo el subsuelo tenía una gran cantidad de agua a un nivel muy superficial que estaba afectando no sólo a los muros sino incluso al pavimento, de madera y en gran proporción podrido por la humedad, así como a los paramentos del templo, con problemas de capilaridad que habían arruinado los acabados hasta una media de cinco metros de altura.
Se procedió a ejecutar un drenaje profundo en la cabecera del templo, así como una solera ventilada, que disminuyeran la afluencia de agua y aislaran el suelo del contacto directo con la humedad. Además se instaló un sistema de barrera anticapilaridad por electricidad.
2. Deterioro de la cubierta producido por las cigüeñas: cada nido puede llegar a pesar del orden de 500 kilogramos y su posición es azarosa; la ubicación de nidos en medio de vigas o en otras posiciones comprometidas había provocado deformaciones, que llevaron al deterioro de la capa superficial de teja y al desajuste de los encuentros de éstas con los paramentos exteriores. Además, el propio tránsito de las cigüeñas por la cubierta provocaba que las tejas se movieran dejando de frenar el paso del agua. Las aguas por tanto comienzan a entrar, empapando también la fábrica de ladrillo, a resultas de lo cual se manifestaron humedades en las bóvedas interiores y eflorescencias en el exterior.
Se restauró la cubierta al completo, empleando cobija antigua, reponiendo tablero cuando se hallaba perdido e interviniendo en las piezas estructurales con prótesis, resinas y en casos aislado sustitución.
Además de instalaron nidos artificiales, siempre situados sobre elementos murarios, con el fin de conducir las cargas provocadas por las cigüeñas a donde puedan ser mejor conducidas a tierra.
3. En la noche del 19 de julio de 2006 un rayo afectó al chapitel izquierdo de la Colegiata, provocando la inflamación de su estructura de madera y su consiguiente destrucción. La obra fue declarada de urgencia por el Ministerio de Vivienda y, con la colaboración de múltiples artesanos y especialistas en carpintería tradicional de lazo, un nuevo chapitel fue repuesto en febrero de 2007. El chapitel fue construido en el suelo de la plaza y luego, en una espectacular operación, elevado con una gran grúa y depositado en lo alto de la torre, donde fue ensamblado y asegurado. Evidentemente, se aprovechó la ocasión para dotar a la Colegiata de un pararrayos que evite que en el futuro se pueda volver a repetir un accidente como éste. En apenas unos meses la herida fue cicatrizada.
4. Finalmente, como remate de la operación, se acometió la restauración de interiores, reponiendo revestimientos interiores con mortero puro de cal, restaurando pinturas murales y el coro y baldaquino, a lo que se agregó la implantación de un nuevo sistema de iluminación con cierto carácter escenográfico.
5. ¿FIN? En las cuatro fases relatadas, la inversión en la Colegiata ha sido muy intensa y extensa: del orden de 6,5 millones de euros han sido aportados entre 2004 y 2009 por el Gobierno de España a través del Ministerio de Vivienda, dentro de su programa de actuaciones sobre monumentos arquitectónicos. Y aun con todo, podríamos seguir con el acondicionamiento exterior de fábricas de ladrillo, iluminación nocturna que resalte sus trazas, el acondicionamiento turístico del impresionante bajocubierta…
En fin, la historia de un templo, sencillamente, no tiene fin, ni puede tenerlo. Incluso sus ruinas, si a ello algún día se redujera, seguirían siendo objeto de atención.