Vigo, barrio de la Florida, un cuarto piso de 70 metros cuadrados construido en los años 90 con una disposición en dúplex orientado hacia el este.
La disposición original de la vivienda resolvía cada una de las dos plantas de 35 metros cuadrados mediante un distribuidor sin luz natural desde el que se daba acceso a cada una de las funciones que se desarrollaban encerradas en sí mismas, sin conexiones entre ellas.
El proyecto, fijo por los condicionantes que suponían el hueco de la escalera y las zonas húmedas preexistentes, busca suavizar o eliminar los antiguos límites de funciones para la ampliar sensación espacial y permitir que la luz natural llegase a las zonas anteriormente ciegas.
La distribución se articula con la zona de día en planta baja y el área de noche en la planta alta, ambas compuestas por una franja de dos metros de ancho donde se ubican la escalera, la distribución y los baños y una franja de 3,20 metros de ancho donde se desarrollan los espacios de vida.
Buscamos marcar esas dos franjas mediante un distinto tratamiento de materiales. En la franja de servicio, de mayor acento espacial al incluir la zona de la escalera, se resuelve con tableros de Heraklith blancos que rodean toda la caja de escalera buscando enfatizar la abstracción y potencia de dicho espacio haciendo de contrapunto de las referencias espaciales tan marcadas por alturas, ventanas, etc… que nos condicionaba el resto del espacio existente.
La franja pegada a fachada en planta baja resuelve con cocina, comedor y salón unidos bajo un mismo suelo de parquet industrial de roble y marcamos dicha unión con un mueble bajo continuo blanco pegado a fachada.
La planta alta, posee dos espacios que se separan por dos paneles correderos y que permiten adaptar el uso a distintas etapas a lo largo de la vida en la vivienda. También en esta planta se recurre al mueble bajo continuo pegado a la ventana para marcar la posibilidad de funcionar toda la planta de un modo abierto.