El pabellón de Perú es un paisaje dinámico organizado en torno a una cordillera, de la misma forma en la que la Cordillera de los Andes modela nuestra geografía, y al hacerlo condiciona el contexto en el cual se desarrolla nuestra cultura. La propuesta arquitectónica se presenta como una compleja geometría triangulada, la cual al igual que la cordillera, emerge del suelo para formar las regiones del Perú, creando espacios temáticos, de exhibición y de circulación.
En contraste, las formas del 'paisaje artificial' del pabellón, como vitrinas de exhibición o mobiliario, responden a una lógica formal geométrica, con volúmenes ortogonales y ángulos simples. El juego de formas genera relaciones espaciales que motivan al público y lo invitan a descubrir y experimentar, para que puedan dejarse sorprender por las maravillas de cada expresión cultural, sin perder la percepción del espacio total del pabellón. Esta dinámica se acentúa mediante el uso de tecnología, a través de proyecciones audiovisuales, video mapping y sistemas de interacción físico-digital que estrechan la conexión al público con el contenido del pabellón.
El diseño del pabellón busca conectar con el público y generar experiencias. Aquí uno puede escuchar, sentir, comer, beber y tocar nuestra cultura, generando así nuevas formas de comunicación. La Librería, como corazón del pabellón, se concibe como una selva de libros que se descubre al atravesar la cordillera. Este espacio es el foco de atención del pabellón, donde una lluvia de audífonos con sonidos del Perú cae de una nube gris, compuesta de 400 cubos translúcidos colgados a distintas alturas a manera de pixeles gigantes, sobre las mesas literarias. Juegos de luces reproducen tormentas amazónicas y efectos en las nubes, mientras se proyectan sobre el cielo y la cordillera elementos del imaginario literario peruano.