UBICACIÓN: Sta. Teresita de Monay, Cuenca.
TIPOLOGÍA: Cementerio público.
CONTRATANTE: Empresa Municipal de Cementerios de Cuenca - EMUCE EP
AÑO PROYECTO: 2018.
ARQUITECTURA: Daniel Idrovo Vintimilla, David Bustillos, Karla Mogrovejo, María Paz Rosas, Anni Guamán, José Fernando Ron, Gabriela Pérez, Fernando Amaya, Sebastián Ávila, Pedro Astudillo.
INGENIERÍA ESTRUCTURAL: Ing. Alberto Vásquez
INGENIERÍA ELÉCTRICA: Ing. Fabián Aucapiña
INGENIERÍA HIDROSANITARIA: Ing. Johanna Urigüen Álvarez
PRESUPUESTACIÓN GENERAL: Ing. Johanna Urigüen Álvarez
INGENIERÍA AMBIENTAL: Ing. Patricia Quintuña C
AREA DEL TERRENO: 112.840,71m2
AREA DE CONSTRUCCION DE LA EDIFICACIÓN: 4.618,18m2
AREA DE CONSTRUCCION EXTERIORES: 45.521,96m2
Partido arquitectónico:
El encargo que recibimos es de gran responsabilidad, debido a que se trata de un equipamiento que tiene una capacidad de uso de al menos 100 años.
Por lo tanto, se realizó una profunda reflexión sobre el significado de un equipamiento tan importante para la ciudad y el impacto que pueda producir, en términos urbano-arquitectónicos y segundo en lo que concierne a la concepción humana sobre la vida y la muerte que es diferente para cada individuo de acuerdo con su propia idiosincrasia, sus creencias religiosas, y sus convicciones personales.
El lugar que se ha destinado para este fin es inmejorable, y constituirá en un futuro a mediano plazo un nuevo hito urbano y arquitectónico para la ciudad de Cuenca. Se ubica en un lugar privilegiado con grandes visuales hacia y desde la ciudad, y buena accesibilidad.
Desarrollo conceptual:
La ausencia tan sentida que supone la muerte de un ser querido es el punto de partida en la reflexión que se realizó para el desarrollo conceptual del proyecto.
Vacío: Falto de contenido físico o mental.
Abrazo: Comprender, contener, incluir.
Consuelo: Aliviar pena o aflicción
Ese sentimiento de ausencia y vacío, que requiere de cobijo o consuelo, se puede expresar en términos arquitectónicos como una envolvente que rodea y atrapa un vacío espacial, una envolvente como la banda o cinta de Möbius, que es un superficie con una sola cara y un solo borde, que tiene la propiedad matemática de ser un objeto no orientable y también de ser una superficie reglada, que sirve para entender lo que significa el infinito dentro de una analogía de la vida y la muerte, o dentro de la creencia cristiana-romana que prolonga la vida luego de la muerte a través de la resurrección. Ese paso de la muerte a la nueva vida se convierte en una dualidad entre la materia y el espíritu, entre lo lleno y lo vacío, el ruido y el silencio, la luz y la oscuridad, etc.
Planteamos un punto de quiebre o de transición entre lo uno y lo otro mediante la creación de un túnel de acceso público que representa ese paso y se lo materializa con muros y losa de hormigón armado, frio y gris que desemboca en una plaza abierta llena de luz con materiales más cálidos que dan la bienvenida a las personas a ese renacer, a esa nueva vida o a esa continuidad de la vida luego de la muerte, Este lugar se convierte en una plaza desde donde se accede a las diferentes instancias del programa arquitectónico.
En planta baja se organizan en torno a dicha plaza central, dos salas de velaciones con capacidad para 150 personas cada una y una sala al aire libre, con capacidad para unas 100 personas.
Se accede a la planta alta por un sistema centralizado de rampas, gradas y ascensor, en ella se encuentra una sala de mayor capacidad, esto es, para unas 296 personas y tiene propiedades visuales hacia la ciudad y en la cual se hallan además unos cubículos pequeños en los cuales las personas pueden encontrarse con el “creador” y la “creación”, son espacios que pretenden enfrentar a los usuarios para la búsqueda de respuestas a las preguntas que surgen cuando nosotros humanos, nos encontramos en ese estado de ánimo tan frágil.
Los llamamos: Cubículos de Reflexión: Ubicados en la planta alta, enfrentan al vacío y al sentimiento de ausencia e invitan a la reflexión. Es decir: Son espacios que nos invitan a la reflexión para encontrar nuevamente la paz y la calma en nuestro ser, luego de experimentar tan sensible sentimiento de vacío.
Desde la plaza central se puede acceder a la cubierta mirador por un sistema de gradas amplias que conducen a la primera planta alta y a la planta de cubierta que sirve de mirador hacia toda la ciudad, y que se espera que sea un gran atractivo turístico.
El proyecto plantea una plaza urbana en su esquina inferior, donde se ubica el osario y desde la cual parte un sistema de plataformas de estacionamientos con una capacidad para 113 vehículos para el público en general, que incluyen plazas para personas discapacitadas y que se conectan con las plazas: público y privada de acceso al complejo del cementerio. La plaza pública se conecta al túnel de acceso principal, que conduce a la plaza central, y al área de servicios exequiales generales. La plaza privada está conectada también al estacionamiento del área administrativa (que cuenta con 19 plazas de estacionamientos más) y al acceso de esta ala del proyecto, la cual se halla debajo de la gran cubierta que viene desde la cúspide del edificio principal pasa por la plaza central y se convierte en cubierta de toda el área administrativa.
El programa de Nichos, Bóvedas, Túmulos, Mausoleos, Árboles Cenízaros, Nichos de restos, Nichos Cenízaros, se emplazan de tal manera que no afectan la topografía, sino al contrario, con criterios de parametrismo, se acoplan perfectamente a sus curvas de nivel, juntamente con las caminerías y vías carrozables, creando un sistema de accesibilidad universal en todo el proyecto.