El proyecto aborda la conversión de una nave construida en 1923 por el arquitecto Rafael Bergamín, que desarrollaría posteriormente una prominente trayectoria profesional dentro del racionalismo madrileño, destacando la Colonias Parque Residencia y El Viso.
Situada en el patio interior de un edificio de la segunda mitad del siglo XIX, está conformada por dos líneas estructurales construidas con elementos metálicos roblonados formando celosía triangulada,
sobre las que apoya una cubierta a cuatro aguas en cuyo centro se sitúa un lucernario de 6.50 x 4.90 m, también a cuatro aguas, con estructura de piezas en T metálicas y vidrio armado.
La nave había sufrido importantes alteraciones para su conversión en almacenes, consistentes en la
compartimentación completa en pequeños trasteros y el cegado del cuerpo del lucernario con un falso techo de escayola, desvirtuando completamente la calidad del espacio.
El proyecto se propone desde dos actuaciones fundamentales: la supresión de dos bandas de forjado de la entreplanta y apertura de lucernarios corridos sobre el hueco así formado para posibilitar la iluminación de las partes inferiores del edificio; y la eliminación de dos plantas del cuerpo situado entre la nave y la medianera con el exuberante
jardín del Palacio de Viana, permitiendo la creación de terrazas colgadas sobre éste.
Entre los dos ejes estructurales, a cota +3.00, se ubica una vivienda que conforma un gran espacio único coronado por el gran lucernario y flanqueado por la estructura metálica vista, abierto en su fondo en una gran vidriera hacia una terraza y, más allá, el jardín colindante.
La realización de una única vivienda en esta cota permite conservar la integridad del actual espacio central sin que resulte mermado en sus potentes cualidades.