Ubicado en la zona sur de la Ciudad de México a un costado de la Ciudad Universitaria, nace este proyecto como punta de flecha arquitectónica para marcar el inicio del reciclamiento habitacional de la zona.Se desarrolla sobre una topografía accidentada con pendiente, misma que se aprovechó para conseguir cambio de niveles dentro de las viviendas. El edificio está compuesto por dos cuerpos de tres niveles, en donde se desarrollan un total de ocho apartamentos con una superficie de 60m² cada uno, jerarquizando los últimos de cada torre con altura y media en la zona pública.El lenguaje estético del proyecto y particularmente de la fachada principal, consigue amalgamar diferentes planos y colores en una edificación contemporánea y vanguardista, acorde al género y estándares buscados, rematando dichos planos con dos balcones que consiguen un plano extra, logrando éstos una transición entre interior y exterior. La planta baja alberga ocho cajones de estacionamiento rodeados por muros de tabique de barro aparente que aportan calidez al acceso, en donde emerge un muro de concreto aparente del cual nace la circulación vertical de la edificación, convirtiéndose este elemento de integración entre los volúmenes, en el punto focal del proyecto en su interior.La solución arquitectónica de cada apartamento radica en la creación de espacios funcionales, cómodos y amplios, consiguiendo en el área privada dos recámaras con baño, además de dotar el área pública con sala, comedor y una cocina abierta confinada con un macizo en color verde "perón" que incorpora la barra desayunador, logrando ser éste elemento el eje rector de la vivienda, mismo que sugiere el cambio entre las zonas pública y privada.El proyecto cumple y a su vez aprovecha la normatividad de la zona así como la pendiente natural del terreno sobre el cual se desplanta, premisa que fue propicia para jugar con medios niveles en los departamentos de planta baja, mismos que cuentan en su parte trasera con un jardín zen.