A través de un gran patio central, rememorando la arquitectura colonial antioquena, se estructura el edificio de laboratorios de la Universidad Nacional de Colombia, es este patio el que brinda la posibilidad de organizar y distribuir el programa educativo, desde su planta libre de primer nivel se accede a los laboratorios, aulas, tacos de servicio y de circulación distribuidos a lo largo de sus costados. La diferenciación de los espacios se logra a través de múltiples y bien ensambladas fachadas flotantes en vidrio, ladrillo y concreto, que permiten crear así un edificio apropiado y acorde con las
especificaciones técnicas y constructivas exigidas para el desarrollo de la investigación y la tecnología.