Cuando nos solicitaron el diseño de la casa JH, estábamos interesados en continuar explorando las posibilidades arquitectónicas y sensoriales del patio, el vacío que este genera con respecto a los volúmenes que lo definen y la relación con su contenido; un pequeño y cambiante bosque.
Sin embargo, nuestro cliente, tenía una solicitud muy específica, quería una casa de 240 mts cuadrados construidos, en una superficie de 285 mts2, dejando solo 45 mts cuadrados disponibles para nuestro patio. La desproporción entre la casa (volumen) y vacío (espacio) (correspondiente al 84.21% and 15.78% respectivamente) no nos permitía una influencia completa, importante y significativa entre ese vacío/bosque y el resto de la casa.
Por lo que decidimos dividir esos 45 mts2 de patio, en 26 secciones de 7 distintos tamaños y los distribuimos por toda la cubierta, pretendiendo con ello romper con los límites de un patio confinado y extender su influencia a través de todo el programa arquitectónico.
Esta solución nos permitió ir mas allá del tránsito y la contemplación de un patio convencional, dio la posibilidad de habitar de manera inmersiva esta serie de vacíos en cuyo interior ubicamos algunos árboles, una especie de bosque fragmentado que circunda prácticamente todos los espacios de la casa
En las áreas que requerían mayor intimidad aumentamos la densidad de los árboles para intentar cerrar visualmente esos espacios.
La casa se abre y se integra al espacio público circundante vinculando al jardín comunitario que lo colinda de lado derecho con la calle, y un pórtico arbolado que el usuario recorre antes de acceder a la sala.
Una vez terminada la casa, nuestro cliente nos pidió un segundo nivel que para dos habitaciones más y un área cerrada para practicar yoga. Nuestra solución fue mantener el concepto inicial para mantener la misma experiencia de la casa.