La iglesia explora una forma ampliamente usada en la religión por su alusión a la Trinidad: un triángulo equilátero. El traslape de las cubiertas que fungen cómo muros y techos a la vez generan dos ilusiones importantes: la cruz y las manos en oración.
A los pies de la cruz se encuentran las puertas para permitir el ingreso del feligrés y del bosque que vive en lugar de la actual iglesia. Inmediatamente tras entrar, el espacio se abre hacia arriba mientras el muro-techo se distancia hasta apoyarse en su contraparte. En la intersección se forman las ventanas de gran tamaño que abren paso al cielo.
La cruz del altar que nace en el oratorio del nivel inferior cumple la función estructural de sostener el edificio. La iglesia es sostenible y cuenta con tecnología verde: paneles solares y captación de aguas pluviales para su posterior uso.
El complejo entero cuenta con un cuadrante académico, la residencia de los padres, el bosque y la iglesia. El parqueo vehicular subterráneo se comunica con todos los edificios.