El hotel
propone actuar como un punto de reunión y referencia dejando la planta baja
libre correspondiendo con la altura de la arcada de los edificios continuos y
convirtiéndola en una extensión de la plaza creando así un espacio público
contenido.
Tomando
las visuales como punto de partida y teniendo como prioridad que la mayoría de
los cuartos cuente con vista a la plaza. Se trazaron las diagonales que enmarcan las vistas,
abriéndose a la catedral y cerrándose a la calle.
La
estructura del edificio está definida por la proyección de las visuales qua
además definen las aperturas de los cuartos y los espacios públicos de planta
baja y azotea.
Las
cartelas de la fachada responden al entorno urbano continuando con el ritmo de
los pórticos y utilizando como material la piedra del lugar.