Casa de fin de semana desarrollada en dos plantas y un atelier en un tercer nivel en la torre. La casa cuenta con una cocina comedor que se vincula con el exterior a través de un gran ventanal levadizo (a la manera de un portón de garage). En esta situación el comedor pasa a ser un espacio de transición entre exterior e interior sin tener que duplicarlo en un quincho.
La volumetria se compone de dos prismas; uno apaisado donde se encuentran el living y la suite principal en planta alta y otro vertical donde se ubican los dormitorios de los hijos y en un tercer nivel el atelier.
El aventanamiento hacia el exterior es muy medido, sólo rajas apaisadas y verticales a diferencia del interior que se abre francamente hacia el patio interior.