COAM PRIZE 2015 (The Official Association of Architects in Madrid).
El edificio carecía de entrada, se entraba a través del paso de vehículos del garaje; el local comercial no se podía tocar, y por ello decidimos hacer un gran umbral que unificara el local comercial, la entrada y el garaje. Si reuníamos visualmente “una gran entrada”, la doble altura de la misma y su retranqueo de la calle harían el efecto deseado.
La entrada, aunque estrecha entre el local y el garaje, es espacialmente amplia, con doble altura, techos acústicos de madera clara, y paredes y suelo en piedra blanca de Almería, que junto con la pared de uglass blanco retro iluminado, se encargan de construir una “gran entrada“: espacial y luminosa que nos dirige sutilmente hasta el corazón del edificio: a su núcleo de ascensores (uno nuevo), y escaleras (prolongadas desde el primer piso hasta los sótanos y aparcamiento).
El corazón del edificio, el núcleo central, se cualifica con una gran escalera, casi escultural dibujada en el espacio con una línea continua de color -el único- y que se complementa en el cuerpo de ascensores: metálico.
A ambos lados de patios (en los que se recuperó la simetría de uno de ellos) vierten, tanto la escalera, como en el otro el núcleo de aseos. Es un núcleo intercambiable según las necesidades del inquilino, según si se desea recepción o no, sí se alquila la planta completa o media. Estos patios antes llenos de conductos de instalaciones se recuperan como “pozos de luz” para las partes interiores de las oficinas.
Estas plantas se distribuyen a través de un vestíbulo previo que se puede adecuar a las necesidades de cada inquilino, y donde se ubican los registros y controles de todas sus instalaciones. La luz natural, el guiño de sus ventanas hacia el Este, protegiéndose del Oeste.
The Architect