A
partir del prototipo diseñado para un concurso, hemos materializado esta
instalación en un territorio concreto. Una instalación en el PAISAJE.
Siendo
los ecoparques centros de recogida selectiva de residuos domésticos
(exceptuando los orgánicos, para los que ya existen canales normalizados de
eliminación), consideramos esencial introducir en el proyecto la variable
COMUNICACIÓN o, al menos, generar su posibilidad.
Más
allá del análisis de la organización y resolución del programa, se pretende
aproximar esta instalación al usuario, pues es éste el punto intermedio entre
el ciudadano y el vertedero controlado, más alejado de la ciudad.
Un
ecoparque es, a su vez, un centro de recogida, un centro de selección y un centro
de reciclado.
Hay
un circuito para vehículos donde se disponen los distintos contenedores en los
que descargar los residuos (diez para el tipo C y seis para el tipo B). Hay una
sala de control, un aseo y un aula medioambiental (sólo para el tipo C). Hay un
área de aportación, cubierta, para contenedores específicos de menor tamaño.
Hay una zona de maniobras para retirar o sustituir los contenedores. Hay
también un pequeño almacén.
El
proyecto asume su condición DIDÁCTICA ya que recibirá visitas de escolares,
etc.
Decidimos
unir las pequeñas partes del programa para dar una escala mínima necesaria a
esta edificación, que se hace visible desde la distancia, como una estructura
publicitaria.
La
pieza se construye con un SISTEMA de montaje, cuyos detalles son los propios de
catálogos industriales, tomando ciertas decisiones para poder plastificar la
materia, desde un pacto dialogado.
El
ajardinamiento se ha diseñado asumiendo los condicionantes edafológicos,
topográficos, hídricos, climáticos, económicos, funcionales y educativos.
Así,
estira su largo cuello para hacerse ver …también para COMUNICAR.