El proyecto se ubica en los márgenes de la Ciudad de
Villahermosa, en la porción Noreste, cerca de la Laguna del Negro, en una zona con alto riesgo de inundación. Debido
a esto, fue fundamental contemplar un espacio de retención de agua, lo cual se
hizo aprovechando una depresión existente en el terreno, derivada de la
explotación de una antigua ladrillera, creando un gran cuerpo de agua que rodea
al edificio por su lado norte y poniente que, además de retener el agua y
mitigar los efectos de las posibles inundaciones, aporta humedad y frescura al
microclima. El diseño de paisaje
conserva prácticamente todos los árboles existentes, otra característica
relevante, es la construcción de un humedal para el tratamiento de las aguas
producto de la hidroterapia y residuales, además de incorporar celdas solares y
usar vegetación nativa.
El diseño se centra en generar
espacios exteriores vinculados con las actividades terapéuticas, que sean al
mismo tiempo reconfortantes para la mente, el cuerpo y el espíritu y que
cumplan funciones sociales, como la
integración familiar y social en general. Se puso especial énfasis en la accesibilidad
de todo el Centro, aplicando los principios del diseño universal en el espacio
abierto.