La Casa M30 ubicada en San Nicolás de Cartago, nace a partir de un proyecto piloto, como solución a una necesidad inmediata de vivienda. La misma busca no sólo soluciones espaciales si no también optimizaciones económicas, ofreciendo un espacio rentable y accesible para personas, cuyas posibilidades para adquirir, comprar o financiar un proyecto de vivienda implica deudas extensas y costos elevados.
Este un proyecto de aproximadamente 130m2, compuesto por dos contenedores de transporte de carga tipo ¨high cube¨ de 12m de largo, los cuales albergan los dormitorios, baños, cocina y oficina, adicionalmente se incorporó un volumen con losa de concreto, vidrio como cerramiento vertical y metal como estructura de soporte, en el cual se ubican la sala y el ¨deck¨ (terraza); las puertas de vidrio de la sala, se abren hacia la terraza, permitiendo una sensación de amplitud, aprovechando el paisaje que ofrece la propiedad e incorporando los espacios interiores y exteriores dentro del mismo.
El proyecto se basa en 3 módulos principales de 30m2 configurando una ¨L¨, permitiendo así que todos los espacios de la vivienda puedan gozar de vista, iluminación y ventilación natural. A su vez el diseño permite la optimización del espacio evitando áreas de circulación que sacrifican el área utilizable en la misma.
La residencia ubicada en un terreno quebrado de 7000m2, busca las menores intervenciones en el paisaje, con el fin de respetar el mismo, posándose sobre él, sin imposición, apoyándose en un bosque de columnas de concreto y elevando el volumen para a su vez aprovechar visuales que le acontecen.
El proyecto se desarrolló bajo un concepto de reducción de costos, valiéndose de los elementos que pueden obtenerse en el medio y aprovechándolos en beneficio del usuario buscando el aprovechamiento de métodos y materiales poco convencionales dentro del ámbito de construcción nacional.
La Casa M30 busca mostrar las posibilidades técnicas y funcionales de la reutilización de materiales, resolviendo una necesidad habitacional dentro de un medio competitivo.
Basado en los costos actuales de que ofrece el mercado de la construcción, toma como parámetro fundamental del diseño constructivo, la inversión de recursos y tiempo, considerado este último como el insumo más valioso y que genera mayores impactos en los costos finales del desarrollo de cualquier proyecto de construcción.
Existen elementos relevantes a tomar en cuenta en medio de la planificación y el desarrollo del diseño de este tipo de proyectos, ya que generalmente estos se asocian a proyectos de bajo costo, acabados industriales o instalaciones temporales, sin embargo, pueden ser desarrollados y complejos como el cliente y sus necesidades lo requieran, al igual que cualquier otro método constructivo convencional sugerido en el mercado.
De esta manera podemos ejemplificar el valor agregado que brinda este tipo de construcción ya que conservando la estructura lo más homogénea posible, se logran reducciones de tiempo considerables debido a que los elementos primarios de la construcción ya están constituidos estructuralmente. Otra de las ventajas que nos permite este sistema es mantener la cubierta del contenedor como elemento de cerramiento o cobijo, permitiendo avanzar con mayor rapidez y eficacia constructiva.
Es importante el análisis desde el punto de vista de costos, ya que las construcciones convencionales generalmente son evaluadas en términos económicos desde la perspectiva de un presupuesto inicial que genera una inversión final. Si relacionamos el sistema constructivo de contenedores frente a un sistema tradicional modular existen dos rubros a considerar en la inversión final a la cual nos referimos previamente: el costo de cimentaciones, el cual varía según el tipo de suelo, y requerimientos de diseño del proyecto, lo que permite la no utilización de fundaciones y el segundo; que corresponde al costo relacionado con el desarrollo de los acabados interiores y exteriores.
Otros beneficios que se presentan en este tipo de obra es la facilidad para el mantenimiento de los diferentes tipos de sistemas que comprenden los proyectos, tales como instalaciones eléctricas y mecánicas; ya que generalmente quedan accesibles permitiendo hacer reparaciones con mayor facilidad y rapidez.
Podemos considerar un contenedor en sí mismo un sistema modular, el cual también nos permite crecer nuestros proyectos en diferentes direcciones, tanto vertical como horizontalmente, demostrando ser un sistema flexible, versátil y de rápida ejecución, donde la modulación propia del contenedor permite generar con exactitud la modulación de los materiales de construcción y así evitar imprevistos y desperdicios en obra.
En términos de confort, el cuestionamiento con respecto a la temperatura interna del contenedor como espacio habitable es frecuente, por ser este un elemento de metal, y auto contenido, como solución a esta interrogante se plantean varias estrategias de diseño, que abarcan desde la ubicación en el terreno, hasta la aplicación de diferentes tipos de aislantes térmicos. Para lograr el confort requerido es necesario entender la proporción que tienen los contenedores y así aprovechar de la mejor manera su configuración para generar cámaras de aire que puedan ser utilizadas como espacios de reducción de calor. En la Casa M30 la climatización pasiva se logra por medio de ventilación cruzada permitiendo que la vivienda permanezca fresca durante el día; a su vez las ventanas de piso a cielo permiten que se atrape la luz del sol, logrando que los espacios estén confortables durante la noche.
En la actualidad, el manejo de desechos y rendimientos se ha vuelto un tema importante a considerar, ya que impactan directamente el medio indistintamente del tamaño de la obra. Con el desarrollo de este proyecto se logra la reducción de desechos en sitio por medio de la conservación de la estructura original del contenedor, y reutilizando todo el material removido para las aberturas de ventanearía en la misma obra, permitiendo ahorrar material de cerramiento con características estructurales.
Otras estrategias que permitieron optimizar la reducción de desechos y optimización de todos los recursos, fue el conservar el piso de madera original del contenedor, puliéndolo y aprovechando el desgaste como detalle arquitectónico. Adicionalmente la puerta principal de la vivienda y los volúmenes anexos a la estructura principal del contenedor fueron construidos con el metal removido para generar las ventanearías, permitiendo conservar las características del contenedor y reutilizando así el material previamente removido. Para extender la longitud de la vivienda, se aprovecharon las puertas de ambos contenedores, generando una extensión de 1.20m en cada extremo del contenedor aumentando su área en un 20%.
Este sistema modular a pesar de ser un sistema constructivo práctico requiere de importantes conocimientos técnicos del funcionamiento y diseño del contenedor como tal, su forma de empleo, posibilidades de uso, puntos a re-estructurar, renovación del material y como interactúa con otros materiales a emplearse en el proyecto.
De esta forma, un proyecto que inició como un plan piloto familiar, logra cumplir los objetivos de diseño, económicos y tiempo de ejecución de obra, generando resultados competitivos en el mercado de la construcción, cuya comparación con otras obras de tamaño y acabados similares, logra una reducción aproximada del 30% - 35% en el presupuesto de obra total, en el tiempo de ejecución de obra estructural promedio, una reducción considerable de tiempo en la ejecución de los interiores y se minimiza el impacto al medio en términos de desechos y su manejo.
Con su finalización el proyecto se convierte en un espacio amplio, optimizado y funcional, que permite demostrar que los métodos constructivos y materiales alternativos funcionan igual o mejor que los convencionales, logrando ahorros importantes en obra, en un nicho donde la construcción tradicional aun es predominante