‘queremos que por fuera parezca un búnquer, pero no por dentro, y que nuestro dormitorio tenga un gran ventanal’. así expresó, de manera literal, uno de los tantos deseos que tenía la propiedad
un exigente programa de necesidades (con numerosos baños y aseos), además de una afilada y estrangulante normativa urbanística, hacían de este proyecto todo un reto.
no sólo se pretendía dar cabida a las diferentes piezas habitables en cada una de las plantas, sino que la relación espacial entre ellas fuera patente por mediación de dobles alturas y lucernarios que iluminen de manera natural todas las plantas. en parte, por la disposición de las fachadas (lados cortos) hacia el sur y el norte exactos, que hacían imperativo utilizar la cubierta como tercera fachada.
los sencillos sistemas constructivos y una distribución muy estudiada, permitiendo incluso disponer de grandes huecos horizontales, en aras de abaratar los costes en la medida de los posible.
una de las piezas clave de la vivienda, el sótano, gana en calidad. cuando antes, por parte de la propiedad, sólo se pensaba como garaje, la disposición del patio inglés proyectado dotaba a este espacio de una calidad apropiada para etiquetar a dicha planta de habitable.