Diseño de casa en Robledo de Chavela.
Proyecto de vivienda en la Sierra Oeste de Madrid
Sobriedad formal versus riqueza espacial: la dualidad como recurso de diseño de una casa
Encallada en la ladera que define la parcela, la sobria silueta del diseño de la casa en Robledo de Chavela oculta la riqueza de relaciones espaciales ininterrumpidas que alberga.
Cuando se recorre, su interior es experimentado como una especie de espiral que gira en torno a un vacío central, el cual hilvana jardines, atrio, solarios, miradores y terrazas a su alrededor.
Estrategias de orden: disposición y “promenade” (*) en la distribución de los espacios de una casa.
Dividida transversalmente en franjas de espacio paralelas, distribuimos las diversas funciones requeridas por el propietario en una secuencia de medias alturas, haciendo fluir el vínculo entre ellas.
Como suele ocurrir cuando se adopta este recurso, la promenade es guiada por las escaleras, precisamente el elemento que, incorporándosele de forma diáfana u ocultándose de él, enmarca el núcleo a doble altura que constituye el salón.
En general, la planta baja de la casa en Robledo de Chavela se organiza alrededor de la chimenea (adosada a un pilar exento), cuya centralidad instaura zonas distintas dentro del ámbito general que comparten salón, comedor y cocina.
Mientras ésta última queda a mano desde el acceso, el comedor se vuelca hacia el solárium y la piscina, a través de un ventanal que puede abrirse por completo, transformando toda la planta baja en un único espacio abierto hacia el exterior.
Hacer que surja el paisaje: la casa como un mirador.
Como otra respuesta clave a los estímulos del lugar (dadas las posibilidades que ofrece la parcela de disfrutar de hermosos atardeceres hacia una amplia zona de Robledo), al arribar a la planta primera aparece a occidente el magnifico panorama de la región, enmarcado por la abertura que exhibe el volumen sobresaliente del mirador superior.
A partir de allí, el recorrido continúa por un tramo exterior de escaleras hasta alcanzar la terraza, en el nivel más alto, donde además desemboca el acceso secundario, desde la travesía de las Alamedas, en el lindero este, a unos diez metros por encima de la entrada principal.
Las formas de la interioridad
En cuanto a las habitaciones (desplazadas hacia la parte posterior tras un flanco de servicios, armarios y vestidores), éstas han sido incrustadas intencionalmente en la ladera para proveerlas de un patio inglés que les entrega los primeros rayos de sol matutinos.
Además, dicho patio permite experimentar la apacible sensación de aislamiento que siempre ofrece un pequeño e íntimo jardín. Cubierto por cuatro pérgolas dispuestas al tresbolillo, éste jardín incorpora una escalera de caracol que garantiza la continuidad del circuito de recorridos por toda la vivienda.
Es así como tradicionales aspectos condicionantes de nuestra disciplina (topografía, vistas, orientación respecto al sol, accesibilidad a cotas distintas, etc.), guían las principales decisiones del diseño de esta casa.