Esta preciosa casa modernista del barrio del Cabanyal se compró en su estado original, con sus finos muros interiores, su falso techo de cañizo y su suelo hidráulico. Alessandro y Michela querían una casa moderna y acogedora pero conservando su esencia para disfrutar de las vacaciones en Valencia, y cuando se encontraron con esta casa marinera de 1923 pensaron que sería perfecta.
La casa estaba en casi total ruina, no había electricidad, ni agua, ni saneamiento y todo se hice desde zero. Hemos empezado por liberar el espacio, la idea de base era de poder tener un espacio diafano, luminoso y amplio. Una vez demolido todo, el espacio cogió forma y se empezó a ver la posibilidades que daba el techo de madera alto casi 6 metros.
Decidimos crear un altillo de madera para aumentar la superficie de la vivienda, colocando el dormitorio arriba junto con el baño completo. En la parte abajo el espacio se tenia que quedar diafano para que la luz natural pudiera pasar de lado a lado de la casa y también para aprovechar de la ventilación natural de la vivienda. Decidimos colocar el salón cerca del balcón de la calle, y a seguir la cocina alineada a la pared con el comedor. Al fondo del todo, la escalera para subir al altillo y un aseo para invitados. También se ha abierto la terraza, antes cerrada, y se ha ganado más superficie para poder tener un disfrute completo de la superficie.
La casa se ha aislado en todas sus paredes con pladur en blanco y lana de roca, para mejorar su eficiencia y su comfort y también para alinear las paredes que tenían muchas inclinaciones distintas.
Al mismo tiempo se ha dejado a vista la pared de ladrillos de la fachada y también el techo con sus vigas y ladrillos para crear un contraste con el altillo, paredes y carpintería blanca. El otro elemento fundamental de la casa es la madera: se ha colocado un suelo laminado color roble, se ha realizado una escalera a medida y un mueble tv del mismo tono, y el elemento que mas destaca es la cocina antracita con modulos elevados acabado roble.
Para los baños se ha optado por un diseño elegante pero minimalista, para no agotar el espacio a disposición. Los acabados son de spatolato de cal combinado con un precioso azulejo diseñado por Patricia Urquiola que dona un toque de diversion al conjunto.
En la casa logramos crear también una lavanderia, que tiene su accesso desde la terraza, y un trastero en la parte mas baja del techo en el altillo para que se pueda aprovechar para guardar cualquier tipo de cosas ya que la casa no tiene mucho espacio de almacenamiento disponible.
Las ventanas de la casa y sus puertas han sido cambiadas por ventanas climalit nuevas pero manteniendo la misma conformación original y el hidráulico original de la vivienda se ha recuperado y reutilizado para recubrir la superficie del mueble de la tv.
El resultado es un loft perfecto para pasar las vacaciones en pareja al lado del mar, donde lo moderno se encuentra con el rustico en una combinación perfecta.