Este proyecto es un claro ejemplo de como un apartamento de 50m2 puede tener todo lo necesario. Muy cerca de la playa de las Arenas, en Valencia, se ubica esta planta baja que cuenta con un salón-comedor abierto a cocina, dos dormitorios y un baño.
La orientación este-oeste de las ventanas hace que, nada más entrar, uno se encuentre con una estancia clara y viva. Sea cual sea la hora del día y la época del año, el salón abierto recibe luz, mucha luz.
Para abaratar costes, se optó por jugar con los elementos intrínsecos de la casa como son el ladrillo macizo de las paredes y el forjado visto de hormigón. A partir de ellos se eligieron materiales naturales como el suelo de terracota manual y las puertas de madera recuperadas del barrio. Todo ello confiere un ambiente puro, muy característico y propio. Se complementa este aspecto con otros elementos como el mobiliario de madera color roble, la encimera de la cocina de madera y el ventilador de techo del mismo tono.
El suelo de terracota de barro natural es continuo en toda la vivienda, incluso en el baño. Aquí las paredes están alicatadas con gres porcelanico modelo Andrassy-R Blanco de la marca Vives, y la grifería es de Roca.
La cocina está fabricada en laminado fenólico de formica blanca, con los cantos al natural. Se ha fabricado una mesa alta movible que sigue la estructura de la cocina y hace que la encimera de roble natural sea continua.
Por otro lado, la instalación de electricidad es vista en algunos puntos dándole ese toque industrial al conjunto. El ventilador de techo es de la marca Massmi y la iluminación de Faro e Ikea. Las ventanas se han conservado, enmarcándolas en los muros de ladrillo para tapar los puntos de agarre.
El resultado es un apartamento muy funcional, actualizado a los requisitos del cliente y con todo lo necesario para disfrutar del hogar.