La casa Azul fue planteada para transformar una antigua casa Barranquina en talleres para artistas. El espacio alberga; cocina común, un espacio común multiusos (yoga, danza, estudio fotos, etc.), seis talleres y el patio en torno al cual funcionan y se articulan todos los espacios y es un agradable espacio de reuniones de artistas y músicos del barrio.
El proyecto respeta y mantiene el volumen existente en su estado actual y solo interviene en la parte posterior del patio. A nivel estructural, visto que la casa y el muro lateral son estructuras poco resistentes, la estructura de la ampliación fue realizada con un esqueleto metálico que funciona de manera independiente. Luego fue recubierta por placas de drywall, vidrio y celosía de madera.
El objetivo del proyecto es crear un volumen, tanto a nivel de espacio y forma, que se integre a la arquitectura existente y mantenga la proporción del patio, y a la vez genere nuevas aéreas de utilización para los usuarios. Además se busca aprovechar la vista al patio desde este nuevo espacio e integrar estos dos espacios con un sistema de mamparas plegadiza para que la división interior exterior sea mínima.