Se trata de una casa en
dos pisos y en aproximadamente 648 mts2 que hace parte de un conjunto
residencial de casas campestres de diseño libre, aunque con algunas determinantes obligatorias dimensionales
y de materiales, que buscan la unidad de conjunto, e implantada en un entorno
natural de gran belleza, con la preexistencia de algunos árboles adultos que se
constituyeron en el punto de partida de este ejercicio que pretende integrar el
hábitat al paisaje. Desde un estudio Feng Shui de cada integrante de la familia
que realizó el encargo, se definieron las orientaciones de cada espacio, presentando aberturas enfrentadas resueltas
con puertas correderas acristaladas que seesconden entre muros
permitiendo que la casa quede completamente abierta al jardín en el momento
deseado. Hemos procurado una serie de espacios pensados desde el confort de las
actividades a las que están destinados y con unas condiciones espaciales que le
apuestan al concepto de casa pasiva. Hemos planeado y ejecutado una
construcción limpia, desprovista de ornamento innecesario, con el protagonismo
de las cubiertas en concreto a la vista, de mamposterías a la vista desplomadas
que enuncian paralelipipedos y definen una composición de geometría pura, no
necesariamente ortogonal, cuya lectura general presenta volúmenes que parecen
en movimiento. El concreto define la gama gris que desde el reto de una
contemporaneidad acogedora es complementada por muros lustrados absolutamente
blancos, que reciben los elementales, que esta vez no quisieron quedarse solo
en exteriores; Entran y cohabitan este bello lugar.