Con el proyecto de adecuación y mejoramiento del espacio público de la Carrera 68 en el Barrio Castilla, se busca aprovechar la riqueza espacial que genera la particular topografía de la ciudad de Medellín y mejorar las condiciones del espacio público del lugar central de este sector de Medellín.
El Barrio Castilla se encuentra localizado en la parte baja de la “Comuna Noroccidental” de la ciudad de Medellín, habitado desde su creación, en la década de 1950, por clase obrera. Al no existir un parque en el barrio, donde se localizaran las actividades centrales, la Iglesia de San Judas Tadeo y la Carrera 68 se han convertido en el centro de esta área densamente poblada. La iglesia es un lugar de peregrinación y congregación importante que atrae fieles de toda el Área Metropolitana.
La reconstrucción del las primeras dos cuadras (la correspondiente a la iglesia y la siguiente hacia el sur), hacen parte de un proyecto piloto de intervención del Área Metropolitana, en centralidades de barrios localizados en ladera. En este caso, las carreras corren en sentido norte-sur, con una pendiente “suave”, descendiente, en esta misma dirección; y las calles lo hacen en sentido occidente-oriente, con una pendiente “fuerte”. Lo anterior lleva a que las viviendas desarrolladas por autoconstrucción (hoy, casi en su totalidad, con uso comercial en el primer piso), se encuentren más altas que la rasante en el costado occidental de la vía y mas bajas en el oriental. Lo anterior llevó a que los propietarios de las viviendas y de los locales comerciales resolvieran los desniveles de los accesos de manera individual, generando un sistema espontáneo de terrazas. Pero este sistema no resuelve continuidad peatonal en el sentido longitudinal, en la parte baja cercana a la calzada, y la vez, que cada solución individual dejaba de lado la continuidad longitudinal en los niveles de acceso a locales y viviendas.
La propuesta para el Bulevar Castilla interpreta esta condición y la asume como una característica propia de los lugares de ladera.
Asume el tema de los niveles con cuidado, y mediante una atenta intervención, permite resolver la continuidad para los peatones, sin barreras arquitectónicas, en la parte externa contra la calzada, y la continuidad para las franjas próximas a los accesos. Para lograrlo se reduce la calzada
vehicular de 7 m a 6 m recuperando espacio para el peatón y liberando la vía comercial del paso del transporte público, apoyado en un plan de desvío concertado con la Secretaria de Transito y Transporte Municipal. Se regula además el parqueo sobre la vía y los horarios de carga y descarga de mercancías.
El sistema peatonal reinterpreta las terrazas existentes para convertirlas en espacios para estar y caminar, mirar una
vitrina, hablar con el vecino y entrar tranquilamente a un local o a una vivienda. Se regulan los niveles y se tipifican las alturas de las terrazas, se unifican los materiales, se eliminan postes, se compacta la línea primaria que va aérea y se canalizan las redes secundarias, se mejora la iluminación de la vía que es un lugar activo de la vida nocturna del sector, se siembran árboles que generan sombra y a su vez permiten la visibilidad de los locales comerciales.
Se propone sobre los costados de la calzada vehicular andenes continuos de 2 m. que funcionan como franjas de circulación rápida y continua, con rampas para discapacitados motrices y línea táctil para invidentes, con una dimensión suficiente para que el peatón camine tranquilamente, sin interferir con el tráfico vehicular que circula por la calzada.
Los andenes están compuestos, de este modo, por dos franjas: una de circulación rápida y continua, que acompaña la inclinación de la calzada vehicular; y otra franja, de circulación lenta, compuesta por un sistema de terrazas que resuelven los desniveles existentes. Pero ambas tienen continuidad con un sistema de escaleras que funciona en sentido longitudinal.
Los materiales y el color, refuerzan la existencia de estas dos franjas, jugando con tonalidades y texturas complementarias.