Concebimos un edificio como homenaje a la cultura y tradiciones locales de Fuerteventura, una pieza que forma parte del paisaje y que, además lo hace utilizando materiales de su entorno. Su geometría responde directamente al aprovechamiento y protección de los agentes climatológicos tan presentes en la isla: el sol, el viento y la temperatura. Los grandes muros de mampostería, los colores claros, los huecos pequeños, la ventilación cruzada, la sombra y el patio, han sido elementos que tradicionalmente se han usado para el control climático. Creamos así una muestra del ecosistema de la isla, del equilibrio entre hombre y naturaleza.
“Una isla de sentidos construida a base de fragmentos de la naturaleza, del clima y de la cultura de Fuerteventura”