Una vivienda que mira al Mediterráneo y al río Algar…
La idea es crear un espacio diáfano pero convertible, donde los momentos dedicados al uso privado y al público se puedan regular a disposición de su propietario.
Para ello una única pieza central de almacenaje estructura y organiza el espacio público y privado. El resto de piezas que dan servicio a la vivienda (cocina, aseos, etc…) se “ensamblan” con la pieza principal para completar un “mecanismo de volúmnes” a través de los cuales se circula y cuya relación entre sí configura los espacios vivideros (1 dormitorio suite, un espacio multifuncional, salón, comedor…)
Un sistema de paneles ocultos de madera se despliegan y se recogen para configurar los distintos niveles de privacidad: un espacio continuo y fluido cuando los paneles están abiertos, o un espacio compartimentado en las distintas estancias cuando están cerrados.
El paso de “lo público” a “lo privado” se realiza a través de umbrales que comprimen el espacio. A través de ellos es donde las piezas blancas y luminosas se convierten en espacios íntimos y de recogimiento realizados en madera de roble. Estos umbrales, en determinados puntos de tensión, se fragmentan en lamas de madera que enmarcan las visuales buscadas. Es de especial importancia el umbral del hueco que enmarca el paisaje exterior, el cual se extiende hasta el suelo como expositor y almacenaje.
Un sutil tallado de líneas verticales en la madera acompaña toda la vivienda dándola ritmo y textura.