El proyecto aborda la construcción de un equipamiento público en una estrecha (13mts.) y profunda (45mts.) parcela entre medianeras, integrada en una manzana residencial.
Respecto al máximo volumen posible del edificio, se excavan dos vacios. El primero, un vacio horizontal a nivel de la calle peatonal que hace que el espacio público penetre en la parcela formando entre ambos una pequeña plaza cubierta desde donde se organizan los distintos accesos al centro. El segundo, un vacio vertical que aprovechando la notable profundidad de la parcela produce una alargada fisura transversal en la manzana desde donde se recupera para la calle y para el edificio la poderosa presencia del paisaje del Desierto de las Palmas, presencia aún visible pero que progresivamente se irá perdiendo según se vayan ocupando los solares aún vacantes.