La rehabilitación del antiguo Cine Doré y su adaptación para su uso como viviendas se acomete con el respeto natural que infunde un edificio con un marcado carácter histórico tanto por su contenido arquelógico-industrial como por el respeto al papel en la historia de la ciudad que ha tenido el Cine Doré, que empezó como filmoteca y terminó siendo uno de los últimos cines X de la ciudad, pasando por cine de barrio, cine especializado en Kung Fu, ...
La normativa del ayuntamiento obligaba a conservar la fachada y el volumen del edifico original y el proyecto así lo hizo. Se conservó la fachada original y se “perforó” el volumen original con un patio horizontal que permitiera el acceso rodado y peatonal y, así mismo, dos patios verticales que dotaran de iluminación y ventilación natural a las viviendas interiores. El resultado de esta operación booleana fueron diez viviendas en tres (más una) alturas, encajadas unas con otras como piezas de puzzle. Dos de las viviendas son exteriores y utilizan la fachada original como fuente de iluminación y ventilación. En estas viviendas los forjados, las medianeras y la tabiquería interior se disponen respondiendo a la arquitectura interior, con una distribución independiente a la de los huecos de la fachada protegida. Desde la calle se intuyen los espacios interiores, descubriendo que no guardan relación con los huecos originales de la fachada. Las otras ocho viviendas se sitúan entorno a los patios interiores, de cuatro en cuatro y de forma simétrica. Las fachadas de estas viviendas a los patios interiores son la “pièce de résitance” del proyecto. Los patios son estrictos en tamaño para dar más espacio a la vivienda, obligando a buscar una solución arquitectónica que proporcionara suficiente luz y ventilación natural a las viviendas. Referentes clásicos de la arquitectura y la ingeniería, de entre los que cabe destacar a Pierre Chareau, proporcionaron la solución idónea a la iluminación y salubridad de la vivienda.
Todas las viviendas responden al mismo esquema de organización. En la planta baja se encuentra el acceso rodado y peatonal, a través del patio horizontal, que comunica la calle con los aparcamientos privados de las diez viviendas y las entradas peatonales a las ocho viviendas de los patios. Las dos viviendas de fachada tienen acceso directo desde la calle Nuño Sanz. Los aparcamientos se han diseñado con tamaño suficiente para superar su función exclusiva, permitiendo su uso como lugar de almacenaje, coladuría,… Las viviendas 5 a 10 además tienen un patio interior conectado con este espacio, fruto de la separación entre la nave y el edificio medianero. En la primera planta se encuentran el baño y el dormitorio, en las ocho viviendas de los patios interiores, el dormitorio tiene un tabique móvil que permite utilizar parte del mismo como despacho, dormitorio extra,… además de proporcionar privacidad a la zona de dormir. La fachada de pavés proporciona intimidad a esta planta y las pequeñas ventanas superiores proporcionan ventilación y conexión visual con el exterior. En las viviendas de fachada hay un distribuidor “usable” (despacho, recibidor, estar,…) que comunica el dormitorio, el baño y la escalera de ascenso a la segunda planta. Al llegar a la segunda planta se abre un espacio a doble altura que alberga los usos de estar, comedor, cocina, biblioteca,… Este espacio aprovecha la cubierta inclinada y se ilumina, en el caso de las viviendas a patio, con un alto muro de pavés que remata en grandes ventanales trasparentes que permiten ventilar el espacio, ver el cielo y generan ventilación cruzada del tipo “chimenea”, logrando un gran ahorro energético en los meses calurosos.