La casa el lugar de descanso, de unión y reunión, donde los recuerdos se generan y es un jardín interior el responsable de dar esa primera impresión, de generar una experiencia viva.
El proyecto consiste en la rehabilitación de un jardín interior en una residencia, este elemento dentro de la composición arquitectónica funciona como un gran distribuidor dentro de la casa, donde todas las miradas, todos los caminos, todo pasa junto al jardín interior.
La rehabilitación se basa en la necesidad de la familia en que este espacio no solo fuera el centro de la casa por su ubicación sino que se convirtiera en el centro de atención, que llenara al ojo de color en contraste con la monocromía que el resto de edificación presentaba.
Ante esta necesidad y después de un análisis visual se determina que debería de tener un movimiento contrastante con la disposición ortogonal de los elementos compositivos del partido arquitectónico por lo que el movimiento en la composición fue un factor determinante para que estos elementos generaran diferentes recorridos visuales, contrastando en formas, colores, tamaños y texturas con los elementos vegetales.
Esta sensación de movimiento, contraste y color toma su inspiración de los textiles regionales de la meseta purépecha donde un gran colorido se hace presente, un pedazo de tela puede contar mil historias; ahora un pedazo de jardín contara mil historias llenas de colorido, generando un recorrido visual cada vez que la familia pase por él.