Las bases del concurso proponían cubrir una pista existente de hormigón de 40 x 20 metros mediante una solución que permitiera, en hipotéticas fases sucesivas, el cerramiento parcial del espacio. A la dificultad de solucionar estructuralmente una cubierta y con medios bastante limitados, se añade el hecho de insertar la pieza en un medio natural de gran calidad paisajística: el Complex Esportiu de La Figuerassa. Resolver estas solicitaciones desde la economía de medios y gestos es el principal reto de la propuesta. La estructura metálica de cubrición se lleva al límite para proteger también, mediante un vuelo de más de 8 metros, la zona de gradas ya existentes hacia el campo de fútbol y generar así un espacio exterior cubierto de grandes dimensiones. Con una luz total superior a los 44 metros, resuelta únicamente mediante apoyos laterales, pareció necesario hacer desaparecer cualquier detalle. Sólo queda ampararse en la escala y confiar en la cualidad de los dos únicos materiales utilizados: chapa minionda y policarbonato traslúcido, que cubre el frente principal y el vuelo.